Nueva York & Paraíso Caribeño

Imaginad caminar por las calles de Nueva York, rodeados de luces, rascacielos imponentes y el ambiente vibrante de una ciudad que respira historia, cultura y emoción. Vuestros hijos con la mirada asombrada al ver en directo escenarios que tantas veces han visto en películas. Y solo unos días después, estáis todos juntos disfrutando del sonido del mar en las tranquilas playas de Punta Cana, con los pies en la arena blanca, el sol acariciándoos la piel y una sensación de calma absoluta. Esta es la magia de unir dos mundos en un solo viaje: la aventura urbana y el descanso frente al mar. Este viaje está diseñado para quienes buscan más que unas vacaciones. Es una experiencia para familias que desean compartir momentos únicos, reírse juntos, descubrir nuevos destinos y crear recuerdos que perduren toda la vida. Porque viajar no solo es cambiar de lugar, es crecer en compañía, vivir con intensidad y fortalecer los lazos familiares en entornos seguros, inspiradores y completamente adaptados a vosotros. Nueva York y Punta Cana os esperan con lo mejor de cada destino: la emoción de una gran ciudad llena de iconos culturales, tiendas, museos y paisajes urbanos inolvidables, y la serenidad de un paraíso tropical donde todo está pensado para el disfrute, la comodidad y la tranquilidad de las familias.

Las vacaciones en el Caribe son una experiencia única en la vida. El Caribe es un lugar donde la belleza natural se encuentra con la rica cultura y la historia, creando una combinación perfecta para unas vacaciones inolvidables. Hay muchas islas en el Caribe para visitar, cada una con su propia personalidad y encanto. Desde la relajación en la playa hasta la aventura en la selva, hay algo para todos en el Caribe. Una de las mejores cosas del Caribe son sus playas. Las playas del Caribe son famosas por su arena blanca y sus aguas cristalinas de color turquesa.  No es un viaje cualquiera, es una oportunidad única para conectar, explorar y dejaros sorprender. Un viaje en el que vosotros no tenéis que preocuparos por nada, porque cada detalle ha sido cuidadosamente preparado para que podáis disfrutar al máximo, rodeados de otras familias viajeras con vuestro mismo espíritu. Ahora es el momento de dar el paso, de vivir algo diferente, de regalaros una experiencia que marcará un antes y un después en vuestras vidas.

Día 1 · Comienza la gran aventura: despegando hacia la ciudad que nunca duerme Hoy comienza la aventura. La emoción se respira en el ambiente mientras os dirigís al aeropuerto. Maletas llenas de ilusión, nervios contenidos y un destino tan icónico como inolvidable os espera: Nueva York. Tras tres horas de antelación y los trámites necesarios, el avión despega rumbo a la ciudad que nunca duerme. Al llegar, si habéis reservado el servicio de traslado, os estarán esperando para llevaros cómodamente al hotel. El corazón empieza a latir más rápido. Estáis en Nueva York. Bienvenidos a la gran aventura en familia.

Día 2 · Nueva York a vuestro ritmo: luces, rascacielos y magia urbana Despertáis en una ciudad vibrante que os invita a vivirla a cada paso. Nueva York se abre ante vosotros con toda su energía. Es el momento de explorar por libre o sumaros a alguna de las experiencias recomendadas por nuestros expertos en destino. Os sugerimos una visita opcional al observatorio del Top of the Rock o una ruta guiada por los escenarios más emblemáticos de cine y televisión. También podéis pasear por Central Park, dejaros sorprender en el Museo de Historia Natural o perderos entre escaparates en la Quinta Avenida. Cada rincón es una postal, cada momento, un recuerdo en construcción.

Día 3 · Aventuras opcionales en la Gran Manzana Tenéis el día libre para seguir disfrutando de esta ciudad única. Si lo deseáis, podéis contratar una visita opcional a la Estatua de la Libertad y Ellis Island, donde podréis conocer juntos la historia de miles de inmigrantes que llegaron con sueños, igual que vosotros llegáis hoy, con ilusión y ganas de vivir algo especial. Otra opción fascinante es cruzar el Puente de Brooklyn al atardecer, cuando la ciudad se tiñe de naranja y dorado, creando una escena digna de película. Sea lo que sea que decidáis, Nueva York tiene planes para todos los gustos y edades.

Día 4 · Cambio de escenario: del bullicio neoyorquino al paraíso caribeño Hoy toca decir hasta pronto a Nueva York. Con el corazón lleno de historias, os dirigís al aeropuerto para tomar el vuelo a Punta Cana. Tras los trámites de rigor, embarcáis rumbo al Caribe. Al llegar, nuestros guías os estarán esperando para trasladaros al hotel seleccionado, donde comienza una nueva fase del viaje: descanso, playa, sonrisas y todo incluido. El contraste es absoluto, y la experiencia, sencillamente perfecta. Por la noche, una cena tranquila frente al mar marcará el inicio de vuestra escapada tropical.

Día 5 · Un paraíso pensado para vosotros Punta Cana os recibe con sol, palmeras y una tranquilidad que acaricia el alma. Hoy es el momento de relajaros, disfrutar del hotel, dejar que los niños se diviertan en las instalaciones mientras vosotros os dedicáis a no hacer nada o a hacerlo todo. Como actividad opcional, os recomendamos una excursión en catamarán por las aguas cristalinas del Caribe, una experiencia que une diversión, vistas increíbles y momentos únicos en familia. Esta es vuestra recompensa: tiempo de calidad en un entorno de ensueño

Día 6 · Naturaleza, cultura y aventura opcional Si os apetece algo más de acción, este día podéis contratar una excursión opcional a Isla Saona, una joya natural con playas vírgenes y aguas turquesas que parecen sacadas de un catálogo. También podréis descubrir la vida local visitando Altos de Chavón o sumaros a una aventura en buggies a través de senderos tropicales. O simplemente, disfrutar del hotel, tomar un zumo natural frente al mar y ver cómo los niños construyen castillos en la arena. Vosotros decidís el ritmo, nosotros os damos las mejores opciones.

Día 7 · Último chapuzón en el paraíso Este día es para exprimir cada segundo. Podéis aprovechar las piscinas, el buffet, los shows familiares o simplemente dejaros llevar por la calma del entorno. Como actividad opcional para cerrar con broche de oro, os sugerimos una sesión de fotos profesional en la playa para que os llevéis un recuerdo tangible de esta experiencia irrepetible. El atardecer será vuestro telón de fondo y las risas de los peques, vuestra banda sonora. 

Día 8 · Regreso con el alma llena Llega el momento de recoger, revisar que no se queda nada atrás y trasladarse al aeropuerto para iniciar el regreso a casa. Las maletas pesan más, pero no por los souvenirs, sino por los recuerdos vividos. El vuelo de regreso os lleva de vuelta a España mientras en vuestras mentes se repasan los mejores momentos: Nueva York vibrante, Punta Cana relajante, el tiempo juntos, las aventuras, las conexiones. Viajáis de vuelta, pero no regresáis iguales. Este viaje ha dejado huella.

Día 9 · Vuelta a casa, con nuevos recuerdos La llegada a vuestra ciudad marca el fin del viaje, pero el comienzo de una nueva historia familiar. Ahora sois parte de ese grupo de viajeros que se atrevieron a vivir el mundo en familia, con curiosidad, emoción y sin dejar nada por descubrir. Lo que habéis vivido juntos no se olvida. Y lo mejor es que la próxima aventura ya os está esperando.

Un viaje que lo cambia todo: dos destinos, mil emociones 

Hay viajes que se hacen con la mente, y otros que se hacen con el corazón. Este es uno de esos que dejan huella. Porque no se trata solo de visitar dos lugares increíbles, sino de vivir una experiencia transformadora con quienes más queréis, de conectar con otros viajeros que, como vosotros, saben que la verdadera riqueza está en los recuerdos compartidos. Nueva York y Punta Cana. Dos mundos opuestos, dos energías distintas, pero perfectamente complementarias. Dos escenarios donde lo extraordinario se convierte en cotidiano. Nueva York os envuelve desde el primer instante. Las luces, la velocidad, la vida que bulle en cada calle os harán sentir dentro de una película. Cada rincón guarda una historia. Desde el bullicio de Times Square hasta la calma verde de Central Park, pasando por la majestuosidad del Empire State o la emoción de cruzar el Puente de Brooklyn con los niños de la mano. Nueva York no se visita, se vive. Y lo más mágico es que la viviréis juntos, en familia, creando recuerdos en cada paso. Y cuando penséis que ya lo habéis visto todo… el Caribe os da la bienvenida. En Punta Cana el tiempo se detiene. Las preocupaciones se disuelven en el aire cálido. El sonido del mar, las sonrisas de los peques jugando en la arena, los atardeceres dorados... Aquí no hay horarios ni prisas, solo momentos de paz y conexión. Todo está preparado para que descanséis, disfrutéis, y volváis a miraros sin la prisa del día a día. Podréis relajaros, pero también vivir aventuras opcionales en la naturaleza o en el mar, todo con la tranquilidad de un entorno seguro y diseñado para las familias. Este viaje no es un destino, es un regalo. Una oportunidad para reconectar, para enseñarle a vuestros hijos que el mundo es grande y hermoso, y que merece ser descubierto de la mano de quienes más les quieren. Porque no hay mejor escuela que el viaje, ni mejor plan que hacerlo en familia. Este viaje merece ser vivido. Porque no se trata de irse lejos, sino de acercarse más los unos a los otros.